Cada mes de junio la imagen de San Antonio, que se conserva en la ermita del barrio judío cacereño, abandona esta antigua sinagoga para recorrer las calles de la parte antigua. Ayer la instantánea se volvió a repetir. La procesión partió a las 19.30 horas en dirección hacia la parroquia de San Mateo, donde a las ocho se ofició una misa en honor al santo. A su término, la imagen regresó a su ermita. No faltó la charanga que suele amenizar el desfile. La talla fue restaurada recientemente. La operación consistió en acabar con las grietas de la madera, provocadas por los movimienos de dilatación y contracción. La cofradía de San Antonio, que preside Santos Benítez Floriano, también ha restaurado el retablo de la ermita, original del siglo XVIII.